Introducción de sus autores: Gemma Albaladejo y Xavier Albaladejo
///
La metodología ágil abarca el propósito educativo competencial. Aporta a los alumnos una experiencia de aprendizaje que va más allá de la adquisición de conocimientos o de habilidades concretas. Se focaliza en las competencias para el siglo XXI donde la prioridad será “aprender a aprender”. En el proceso de aprendizaje práctico, curioso, experiencial y creativo de “aprender haciendo”, el alumno es autónomo. Todos y cada uno de los alumnos, atendiendo a la multiplicidad de inteligencias existentes, podrán aprender por sí mismos. En la clase ágil, los contenidos se relacionan con las competencias a desarrollar, se realizan actividades de aprendizaje sobre experiencias reales y significativas estimulando el compromiso emocional y social del alumnado.
Los entornos ágiles son entornos colaborativos de aprendizaje dónde se trabaja en equipo y se gestionan las tareas de forma dialógica. Se pretende fomentar la autonomía de cada individuo a la vez que se utiliza la pedagogía por proyectos, bajo la mirada atenta del profesor que acompaña y facilita todo el proceso.
En la clase ágil se genera conocimiento e impacto mediante el uso crítico y oportuno de las herramientas digitales al analizar, utilizar, producir y compartir información.
En esta guía definimos un marco teórico que nos permita entender la metodología ágil contextualizando cada paso del proceso, según la experiencia real de aula de profesoras y profesores que han implementado la metodología en sus clases.