Docentes y alumnos 3.0 – Entrevista a Lic. Emilio Tenti Fanfani

(Este texto corresponde a la desgrabación de la entrevista que el portal educ.ar le hiciera al Lic. Emilio Tenti Fanfani con motivo de reflexionar sobre los desafíos que implica para los docentes la enseñanza a las nuevas generaciones y la utilización de las TICs en el aula.)

Todos estos cambios y transformaciones que se dan en el contexto extra escolar – que penetra en el mundo de la escuela porque el chico cuando llega a la escuela trae toda su experiencia familiar, cultural, etc, al campo de la escuela – plantea nuevos desafíos, nuevos problemas a los docentes. Nosotros sabemos que todavía no se ha inventando la máquina de enseñar y aprender; ésta no creo que sea la función de las nuevas tecnologías (TICs). Las nuevas tecnologías no va a sustituir jamás al maestro. Las TICs, en todo caso, serán una poderosa herramienta en mano de los maestros para mejorar sus capacidades en esta tarea de auxiliar el desarrollo y el aprendizaje de las nuevas generaciones.

Pero evidentemente los maestros de hoy tienen que enfrentar situaciones completamente inéditas, muy diversas, y para los cuales muchas veces ellos no se sienten capaces, no encuentran en su mochila de conocimiento esas herramientas que le permitan lidiar, gestionar las nuevas situaciones con las que se encuentran.

Creo que el trabajo docente, a diferencia de otro tipo de trabajo que realizan otros profesionales, es particularmente complejo. Siempre suelo compararlo con el trabajo de los médicos. Los médicos tienen que resolver viejos problemas para lo cuales cuentan con nuevas herramientas: nuevas técnicas de diagnóstico, nuevas terapias, nuevos productos medicinales. Pero los problemas siguen siendo los mismos. Los problemas que tiene que resolver un especialista en gastroenterología son más o menos los mismos; los que se dedican a temas cardiológicos, los problemas del corazón siguen siendo más o menos los mismos. Los problemas están quietos, y las ventajas que tienen los médicos es que pueden estar cada vez mejor equipados para enfrentar estos problemas. En cambio a los docentes nos cambian los problemas – me incluyo porque soy maestro – entonces es muy difícil acumular tecnologías, soluciones para resolver problemas porque son los mismos problemas que permanentemente cambian.

Que el docente perciba que en determinados campos de la actividad (el uso de las TICs) él sabe menos que sus alumnos, reconocer a sus alumnos que él, en este caso, es un aprendiz, me parece que es un acto que refuerza su autoridad porque los jóvenes saben valorar al autenticidad, es decir la verdad, la sinceridad. Uno no es todo el tiempo profesor y el otro no es todo tiempo alumno: el que enseña también está aprendiendo. Y reconocer que el que enseña aprende y que el que aprende también puede enseñar me parece que es muy saludable. Y ésto lejos de estar afectando lo que pueda ser el reconocimiento, el respeto del alumno hacia el profesor, al contrario, yo creo que puede engrandecer la figura del profesor. Demostrar al alumno que uno es humano, que también aprende, no es el que se la sabe todas, que puede aprender de sus alumnos, creo que es una actitud, es un gesto que puede generarle incluso un rendimiento en términos de reconocimiento y respecto que es tan importante para poder ejercer la tarea de docente.

Siempre digo que los mitos tienen una razón de ser. Cuando tienen éxito, se difunden y si permanecen es porque hay un anclaje en la realidad. Hay niños, por ejemplo, que nacen en un mundo en donde hay teclados táctiles. Los de mi generación tuvimos que aprender: tuvimos que pasar de la máquina de escribir, que había que golpearla con los dedos, a un teclado electrónico moderno. Pasamos de la pantalla que no se tocaba a la pantalla que se toca. Nosotros tenemos un cierto temor en tocar esa pantalla pero el que nació en ese mundo tiene obviamente una ventaja. Las tecnologías – una vez que se difunden – se transforman en un especie de objeto que está natural, que pareciera ser que siempre estuvo ahí. Incluso nosotros, que no somos nativos digitales, ya nos parece natural que exista Internet, que exista la comunicación a través de Gmail o Facebook, etc. Incluso nosotros, que somos inmigrantes digitales, después naturalizamos lo que apenas tiene poco años, mas o menos 20 años de existencia. Uno podría decir que esta distinción nativo digital tuvo una razón de ser, pero en la medida que pase el tiempo obviamente va a dejar de tener sentido ya que que todo el mundo será nativo digital.

Pero no nos olvidemos que las tecnologías evolucionan: siempre habrá unos que llegan primero y otros que llegan después porque en el aprendizaje, el primer aprendizaje, siempre es estratégico, es fundamental. No es lo mismo haber aprendido inglés a los 20 años que haber aprendido en la cuna. En ese sentido uno es nativo en inglés, el otro lo tuvo que aprender. Con todos los conocimientos sucede lo mismo: mientras más temprano es el aprendiza, más poderoso es su incorporación. Siempre sucederá con las tecnologías unos que llegan antes y otros después.

Otro mito muy difundido tiene que ver con los alumnos. Y estos mitos son generalmente los mitos que tenemos los adultos – padres, psicólogos. pediatras, docentes – acerca de la juventud de hoy. Uno de estos mitos consiste en decir que a los jóvenes de hoy no se interesan por nada, no están dispuestos a hacer el esfuerzo del aprendizaje. Son todos mitos que suponen una visión extremadamente negativa de lo que son las nuevas generaciones. Alguien me podría decir “bueno, pero eso es una cuestión estructural en todas las sociedades”. Siempre lo viejos ven a los jóvenes, a las nuevas generaciones, como que amenazan sus propias posiciones en la sociedad. Hay un especie de lucha de edades. No existe solamente una lucha de clases entre propietario-no propietario y los rico y los pobres sino también entre los viejos y lo jóvenes, entre los hombres y las mujeres. Hay muchos clivajes en la sociedad, uno de estos es la que se da entre las generaciones. Obviamente que con esta aceleración de cambios esto se acentúa.

Las nuevas generaciones son usuarios intensivos de las nuevas tecnologías entonces esto a nosotros los adultos, que nos sentimos en desventaja con respecto a los jóvenes, nos hiere. Es como decir “los que sabemos somos nosotros pero ahora tenemos que reconocer que hay ciertas cosas que los chicos conocen mejor que nosotros” y muchas veces debemos acudir a ellos para resolver una serie de problemas que tenemos nosotros. Esto hiere nuestro narcisismo. Entonces estos mitos son un tanto críticos, tan negativos con respecto a los jóvenes son fáciles de desmontar. Por ejemplo, decir que a un chico no le interesa nada realmente es una frase que no se sostiene cinco minutos. Si uno invita a reflexionar a ese docente que dice esta cosa y le dice “pero mira, ¿tu crees que alguien pueda creer que exista un ser vivo al que no le interese nada?”. Decir que a un chico no le interesa nada es algo que decimos sin pensar. En realidad lo que estamos diciendo y queremos decir es que a estos chicos no les interesa nada de lo que yo tengo que contarles. Quizás a un chico no le interesa nada de la clase de historia antigua, de los griegos, de las guerras del Peloponeso pero esto no quiere decir que no les interesa nada en la vida. Hay que tener cuidado con estas presuposiciones, en este desconocimiento de los intereses de los jóvenes porque los chicos tienen pasiones. Un chico se pasa todo el día en los videos juegos, o utilizando su computadora, su Netbook, su celular, obviamente está interesado. Diría que está más que interesado; más que intereses tiene pasiones. Hay chicos apasionados. Hay gente apasionada por el futbol, hay gente que está apasionada por los juegos, hay gente que está apasionada por muchas cosas. Las pasiones están en la base de estos esfuerzos porque hay que estar pegados a una pantalla durante horas. Se requiere de un gasto de energía importante que si los chicos lo realizan es porque obviamente tienen un interés detrás, e incluso una pasión.

Entonces el desconocimiento de estos intereses, de estas pasiones, creo que están en el origen de una serie de efectos negativos en la práctica escolar básicamente dos cosas. Una, que no logramos conectar los intereses de los chicos con el contenido escolar. Si nosotros estamos convencidos que la regla de tres simple o el concepto de proporción y porcentaje es importante para ser alguien en la vida, para ser feliz en la vida, para resolver problemas cotidianos y que es importante para el desarrollo de la sociedad, y estoy convencido que estos chicos tienen el derecho a aprender – aunque ellos en ese momento no perciban el interés – mi primera tarea como profesor democrático sería, primero, conocer los intereses de los chicos y tratar de conectar el tema (en mi ejemplo el porcentaje) con los intereses de los chicos.

Por ejemplo, si un chico está interesado solamente en ver los partidos de futbol en la tele, está apasionado por el equipo de sus amores, puedo partir de ese interés tomando la tabla de posiciones del campeonato y decirle al chico “del total de puntos posibles que sacó tu equipo, ¿qué porcentaje ha sacado?” “De los puntos que tiene, ¿qué porcentaje representa dentro del total de puntos que podría haber sacado tu equipo?” . Esto es un ejemplo un poco burdo que consiste en decir que para generar el interés en el contenido escolar hay que basarse de alguna manera en los intereses de los chicos. Lo cual supone también que los docentes de hoy, además de ser expertos en matemática, de ser expertos en didáctica de la matemática, también tenemos que incorporar un tercer paquete de conocimientos en la mochila del maestro y que tiene que ver con los conocimientos que tenemos que tener los adultos que trabajamos con chicos en relación con lo que ellos son desde el punto de vista social como consumidores de cultura, conocer sus intereses, sus pasiones, sus miedos.

Si a los chicos les interesa la música tenemos que conocer cuáles son sus consumos musicales. Tengo que ser, quizás, más experto que ellos en temas de cumbia. De esa manera me voy a ganar, en primer lugar, su respeto y reconocimiento. No despreciar sus intereses, reconocerlos y demostrarles que conozco de cumbia más que ellos, porque se cómo está estructurado el mercado de la cumbia, que no es lo mismo el cuarteto cordobés que la cumbia del gran buenos aires. Y conocer la historia de este género, los grupos, el negocio que hay detrás. Es decir, si demuestro que conozco sobre culturas juveniles – que al chico le interesa y apasiona – voy a ganar su respeto y reconocimiento. Voy a ganar en término de autoridad sin la cual no hay acción pedagógica posible, y voy a ganar en términos del interés por el conocimiento. No se trata de hacer demagogia y decirle “a vos te interesa la cumbia, quédate con la cumbia”. Se trata simplemente de partir de la cumbia y, a partir de ese tema, ampliar su campo de interés.

Este mito tan negativo y crítico acerca de la juventud de hoy está teniendo efectos devastadores en términos de producción del orden, de autoridad y de interés por el conocimiento. 

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*Emilio Tenti Fanfani es Licenciado en Ciencias Políticas y Sociales por la Universidad Nacional de Cuyo y Diplôme Supérieur d’Etudes et Recherches Politiques (Tercer Ciclo de la Fondation Nationale des Sciences Politiques de París, 1968-1971). Es consultor de la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos) en la UNIPE (Universidad Pedagógica de la provincia de Buenos Aires) y se desempeña como profesor titular de Sociología de la Educación en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.

 

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2 comentarios en “Docentes y alumnos 3.0 – Entrevista a Lic. Emilio Tenti Fanfani

  1. […] La pregunta obligada es por qué dejan. Si nos basamos en las respuestas que nos da el imaginario colectivo, los chicos abandonan el secundario porque no les importa su futuro, son vagos, sus padres no los acompañan, no tienen responsabilidad, no les gusta estudiar y muchas otras frases que escuchamos frecuentemente. Sobre esta tendencia a desvalorizar a los adolescentes, Emilio Tenti Fanfani, un destacado referente en materia pedagógica dijo “Este mito tan negativo y crítico acerca de la juventud de hoy está teniendo efectos devastadores en términos de producción del orden, de autoridad y de interés por el conocimiento.” (leer nota aquí) […]

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