Apuntes sobre “Gotas de fe”
Escribí esta novela a partir de mi experiencia cuidando a mi madre con demencia senil durante el covid. Lo que viví con ella durante un año, conociendo también situaciones similares de amigos, me llevaron a redactar la historia. Se sumaron además mis recuerdos cuando tenía que ir al banco a cobrarle la jubilación y me encontraba con una larga fila de abuelas que con gran esfuerzo se enfrentaban – y con poca ayuda – al cajero automático. Allí notaba la impaciencia de los más jóvenes que protestaban por la lentitud de los adultos mayores en operar las máquinas. Muchas veces me quedé con ganas de decirles que todos vamos irremediablemente camino a la vejez, y que en lugar de quejarse habría que admirar y felicitar lo que esas mujeres estaban haciendo, solas, ante un difícil sistema automatizado.
En uno de esos días vi otra historia que me quedó. Una mujer de mediana edad estaba acompañando a un señor mayor. El hombre hablaba en voz alta y protestaba por la falta de orden en la fila, el calor, el tiempo…nada lo conformaba. En un momento ella le pidió amablemente “bueno papá calmate que ya llega tu turno”. El hombre siguió protestando. Cuando lo escuché – estaba unos lugares más adelante – los llamé para que tomaran mi lugar. El me agradeció muy respetuosamente. Ella, con lágrimas en los ojos, me dijo “muchas gracias y perdón…ya no se más que hacer con él”. Esa anécdota me llevó a escribir el personaje de Marta.
Después del covid me puse a buscar un lugar que pudiera darle la atención y el cuidado que su situación requería. Lo encontré en una residencia para mayores ubicada cerca de mi casa (en otro post contaré la experiencia de los geriátricos). Mientras mi madre estaba allí, varias veces me comuniqué con el cura del barrio para que se acercara a darle la comunión. Hasta los ochenta y cinco años, antes que la enfermedad se diseminara por su cerebro, ella tenía la rutina de visitar los geriátricos del barrio para llevarle la comunión a las “abuelitas”, como cariñosamente les decía a sus amigas que no podían ir a misa pero necesitaba comulgar todos los domingos. Quien ahora solicitaba el alivio espiritual era mi madre. Nunca logré que el sacerdote pasara a darle la comunión. Insistí varias veces sin concretar la misión. Su iglesia la había abandonado. Pensar en eso me llevó a poner al co protagonista de la historia que trata de sostener en su congregación un optimismo que él ya no tiene.
“Gotas de fe” describe la odisea que enfrentamos cuando nos toca cuidar a nuestros padres, la fragilidad de la fe y el posible destino al olvido que nos espera en los últimos años de vida. Relata los sucesos que transcurren en un pueblo rural, en sólo tres días. Todo comienza un viernes y finaliza dramáticamente el domingo por la noche.
📓 Te invito a leer el PDF de la novela aquí https://bit.ly/3yGLsNP
Me encantaría conocer tus comentarios y qué te pareció la historia.
Cristián Parodi
PD: Sobre el paso del tiempo y cómo afecta nuestros recuerdos, el año pasado hice este micro corto «Apuntes sobre los recuerdos»
